Anna es la del medio en la foto.
Mónica y Ramón son actores.
Ellos dos son los protagonistas de la historia de ficción que te ha traído hasta aquí.
Hasta una escena real que vivió Anna. Una escena que quizás has vivido tú, o alguien a quien quieres.
Porque la han vivido más de 800 personas al día este año, solo en España.
Una escena sin maquillaje ni espectadores, donde una persona que se creía sana escucha dos palabras:
tienes cáncer
Anna Bacardit tenía 28 años el día que las escuchó.
El nombre y apellidos de su inoportuno compañero de reparto fueron: cáncer de mama con metástasis en huesos e hígado.
Y después, el silencio.
Y un único pensamiento, intruso, alternando el ritmo de un corazón amante de la música y el cine:
no llegaré a los treinta
Estaba asustada pero viva y tomó dos decisiones:
Hacer frente al tratamiento de radioterapia que sería duro.
Hacerlo con música y con un objetivo claro.
La idea loca y musical que tuvieron ella y Elies (el de la foto) fue convertir el patio de casa de Anna, uno de los tantos rinconcitos privados y bonitos de Barcelona, en el escenario de 8 bandas sonoras con un público muy especial.
Gracias a buenos amigos y a su trabajo en una productora de publicidad y videoclips, “Ràdio Pati” dejó de ser una idea para convertirse en un ciclo de 8 conciertos privados e irrepetibles.
Compensaron días de tratamiento y efectos secundarios con noches de septiembre llenas de vida, abriendo las puertas de su patio a más de 300 personas.
Que no fueron solo espectadores, ni "extras".
Fueron actores principales.
Porque no pagaron una entrada a cambio de un buen rato de música. Dieron tiempo real de investigación científica para investigar casos de metástasis complicados, como el de Anna.
Se sumaron para que, cada día que el cáncer vuelva a entrar en escena, la investigación tampoco haya parado ni esperado..
Para darle tiempo a una vida más.
Y aquí es donde el guión de Anna se cruzó con el de IRB Barcelona y el programa de investigación de las metástasis.
Fue ella quien vino en persona, con su sonrisa y esa mirada valiente, a hacer las preguntas y entender las respuestas antes de poner su tiempo, su esfuerzo y su comunidad en nuestras manos.
Cuando pisó los laboratorios del IRB Barcelona, vio que no eran ficción, sino tan reales y llenos de posibilidades como aquello que ella misma estaba creando con “Ràdio Pati”.
Los pequeños conciertos privados en el patio de Anna, más los posteriores en escenarios más grandes, trajeron más de 20.000 euros directos a los laboratorios que investigan las metástasis, gracias a los 750 protagonistas de una banda sonora hecha de generosidad y acción.
La buena noticia fue que Anna superó con éxito el tratamiento y le pudieron extirpar el tumor principal.
Pero, solo un año después, ha vuelto.
La metástasis ha vuelto a colarse en su guión.
Y Anna sigue adelante, con la misma fuerza y el compromiso que la llevaron a abrir su patio y unir personas. Y lo seguirá haciendo.
Ella sigue igual de convencida de aquellas dos decisiones que tomó después de escuchar por primera vez “es cáncer”:
Afrontar el tratamiento y unir personas por la investigación.
Porque la investigación también continúa. Por ella y para todas las personas que hoy necesitan tiempo para seguir escribiendo escenas de vida.
Y ella ha vuelto a hacer posible una idea loca, creativa y todavía más abierta a todo el mundo:
El cortometraje que te ha traído hasta aquí.
Lo han creado de forma gratuita sus compañeros de la productora CANADA, un equipo de personas generosas, con un objetivo compartido: llegar aún a más personas generosas.
Personas que, como las 750 que llenaron su patio aquellas noches de verano o colaboraron sin asistir, decidirán tener hoy un papel en la curación del cáncer.
Un papel real y concreto. No grande o pequeño.
Si eres una de ellas y has llegado hasta aquí, Anna tiene un mensaje para ti.
Y ahora, la respuesta es tuya.