“Sin piña no hay castells ni ciencia”: Mireia Artola, estudiante de doctorado al IRB Barcelona y castellera

Conocemos a Mireia Artola, una joven investigadora que ha encontrado una poderosa conexión entre su trabajo como estudiante de doctorado en nuestro laboratorio de Cáncer Colorrectal y su pasión por los castells. Hablamos con ella sobre su trayectoria académica, su implicación en la Colla Castellera Jove de Barcelona y la iniciativa solidaria que recientemente impulsó para apoyar la campaña “Reto Metástasis” del IRB Barcelona.

Hola Mireia, cuéntanos un poco sobre ti.     

Tengo 25 años y soy estudiante de doctorado en el grupo de investigación del Dr. Eduard Batlle, centrado en el cáncer colorrectal, en el IRB Barcelona. Estoy entre el segundo y tercer año de doctorado y con mucha energía y muy contenta. Ya sabía desde la universidad que quería hacer investigación y mi experiencia en el máster lo confirmó.

En tu tiempo libre eres castellera, ¿Cómo empezó tu vínculo con la Colla Castellera Jove de Barcelona?

Empecé en 2019, antes de la pandemia. Una amiga del colegio me animó a ir. Siempre había visto castells con mis padres, pero nunca me imaginé participando. Cuando fui por primera vez, me enamoré del ambiente, de la gente, del trabajo en equipo... ¡Me enganché tanto que incluso estuve en una colla castellera de Londres!

¿Qué significa para ti hacer castells?

Para mí es una metáfora perfecta de lo que hacemos en la investigación. En un castell, todos remamos en la misma dirección: construimos algo sólido y seguro. En ciencia, nuestro “castell” es descubrir. Yo formo parte de la “piña”, que es la base. Sin piña no hay castells, igual que sin equipo de investigadores no hay descubrimientos.

Hablemos de la jornada solidaria celebrada el mes pasado por tu colla. ¿Cómo surgió la idea?

Quería aprovechar el fuerte vínculo que tenemos con el barrio de Sant Andreu. Propuse hacer una jornada para recaudar fondos para apoyar la investigación del cáncer en el IRB Barcelona. Lo presenté al grupo tras un entreno y fue muy bien recibido. Montamos un equipo de seis o siete personas para la logística y unas cincuenta de la colla, que colaboraron activamente.

Cuéntanos más…

La jornada solidaria se celebró en la Plaza Orfila el 15 de marzo, desde las 10:00 hasta las 19:00. Tuvimos un taller de castells, un pinta-caras,  juegos, mercado solidario, segunda mano, chocolatada, rifas cada hora, bingo musical, almuerzo solidario, y mucho más. Fue un día completo, familiar y muy bonito. A nivel de organización, fue un gran esfuerzo logístico. 

Los comercios del barrio participaron en la organización del sorteo y en otras actividades de la jornada. ¿Cómo conseguisteis que se implicasen?

Escribí a muchos por email desde mi correo del IRB Barcelona. Les expliqué la causa, envié enlaces del “Reto Metástasis”. Muchos respondieron con entusiasmo. Me sorprendió lo receptiva que fue la gente, ¡incluso sin tener aún el cartel oficial del evento! Colaboraron muchos negocios locales y muchas personas del barrio.

¿Cuántas personas participaron y cuál fue la recaudación final?

Es difícil estimar la asistencia, pero hablamos de cientos de personas. Recaudamos aproximadamente 3.400 €, lo cual superó nuestras expectativas. No me había fijado un objetivo concreto, pero había dicho que con 1.000 ya me daba por satisfecha. ¡Y lo triplicamos!

¿Se repetirá esta jornada en el futuro?

Sí, este año fue una especie de prueba piloto. La base ya está hecha: contactos, permisos, logística… Fue un proyecto bonito, pero exigente, tanto a nivel colectivo como personal. Yo, sin duda, tengo ganas de repetirlo.

¿Cuál es tu percepción sobre el nivel de solidaridad que hay en nuestra sociedad?     

Creo que va a mejor, aunque eso también refleja una realidad triste: las enfermedades como el cáncer están cada vez más presentes. La gente es más consciente, porque muchos tienen casos cercanos. Y saben que falta financiación. La solidaridad está ahí, pero es una necesidad creciente.

¿Qué le dirías a alguien que esté considerando apoyar la investigación con un evento solidario?

Le diría que se anime, ya sea con una actividad o con una donación. Cualquier gesto cuenta. Esta jornada ha sido un proyecto personal precioso, fuera del laboratorio, que me ha hecho sentir útil de otra forma. También ha sido un ejercicio colectivo: ver cómo responde la gente es emocionante. Cada euro cuenta, cada gesto vale. Como en los castells, sin varias personas no se levanta nada.
Aportar una donación, aunque sea poco, es uno de los actos más genuinos que tenemos como sociedad. ¡Muchos granos de arena forman una montaña!

Durante la entrevista con Mireia, su entusiasmo y energía fueron contagiosos y muy inspiradores. Además de levantar castells con su colla, ayuda a cimentar puentes entre la ciencia y la sociedad. Y lo hace con pasión, entrega y, sobre todo, mucho corazón.